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Artículo: ¿Cómo se caracteriza el bienestar animal y la ganadería extensiva en la dehesa?

¿Cómo se caracteriza el bienestar animal y la ganadería extensiva en la dehesa?

¿Cómo se caracteriza el bienestar animal y la ganadería extensiva en la dehesa?

La ganadería extensiva en la dehesa: un modelo de bienestar animal y sostenibilidad

Cuando hablamos del jamón ibérico pata negra, ese sabor inconfundible que representa lo mejor de la gastronomía española, pocas veces pensamos en las condiciones únicas de cría que hacen posible este producto excepcional. Detrás de su calidad se esconde un ecosistema singular: la dehesa. Este sistema agro-silvo-pastoral de la península ibérica combina de forma ejemplar bienestar animal, respeto al medio ambiente y excelencia gastronómica.

Pero ¿cómo garantiza la ganadería extensiva en dehesa el bienestar de los animales? ¿Qué hace de este ecosistema un modelo de sostenibilidad? Descubramos juntos los secretos de este sistema de cría único, que respeta las cinco libertades fundamentales del bienestar animal.

¿Qué es la dehesa, un ecosistema al servicio de la ganadería?

La dehesa es un paisaje característico de la península ibérica, formado por amplias praderas arboladas dominadas por encinas y alcornoques. Se extiende sobre más de 3,5 millones de hectáreas en España (principalmente en Extremadura y Andalucía) y Portugal (Alentejo).

No se trata de un paisaje totalmente natural, sino del resultado de siglos de manejo humano que ha sabido mantener el equilibrio ecológico y las condiciones ideales para la ganadería extensiva. Podas selectivas, control de densidad forestal y rotación de pastos garantizan un ecosistema abierto, donde la biodiversidad florece.

La dehesa es también un verdadero refugio de biodiversidad mediterránea, con más de 135 especies de aves (como el águila imperial o la cigüeña negra), además de suelos fértiles enriquecidos por el pastoreo y la cubierta vegetal.

El bienestar animal en el corazón de la ganadería extensiva

La crianza en dehesa respeta las cinco libertades fundamentales del bienestar animal, reconocidas internacionalmente como referencia para evaluar las condiciones de vida del ganado.

Alimentación natural y equilibrada

En la dehesa, los cerdos ibéricos disfrutan de una dieta natural rica en bellotas, hierbas, raíces y setas. Esta alimentación es la base del jamón ibérico de bellota, famoso por su infiltración de grasa y su sabor único.

Los bovinos y ovinos también aprovechan la diversidad de pastos y leguminosas, lo que asegura un equilibrio nutricional que no existe en la ganadería intensiva.

Espacios amplios y confort natural

Con apenas 0,5 a 1 cerdo por hectárea, los animales gozan de libertad y espacio para expresar su comportamiento natural. Las encinas ofrecen sombra y refugio, creando un microclima fresco indispensable en los veranos extremeños.

Animales más sanos y resistentes

Los cerdos ibéricos recorren cada día varios kilómetros buscando alimento, lo que fortalece su musculatura y sistema inmunitario. Gracias a ello, enfermedades comunes en la ganadería intensiva son prácticamente inexistentes en la dehesa.

Comportamientos naturales y vida social

Los animales se alimentan, se relacionan y se reproducen siguiendo sus ritmos naturales. La libertad de movimiento y el entorno tranquilo reducen el estrés y favorecen su bienestar.

Los animales emblemáticos de la dehesa

El cerdo ibérico, la estrella

El cerdo ibérico es el protagonista indiscutible. Según su alimentación, encontramos cerdos de bellota, alimentados exclusivamente con bellotas durante la montanera, y de cebo de campo, criados en libertad pero con un complemento de pienso natural.

Otros animales de la dehesa

Bovinos como la raza retinta o las ovejas merinas desempeñan también un papel esencial, manteniendo el equilibrio de pastos y fomentando la biodiversidad vegetal.

Los beneficios ambientales de la dehesa

Un refugio de biodiversidad

La dehesa alberga más de 60 especies de mamíferos, 135 de aves y más de 1.000 plantas diferentes. La coexistencia entre fauna salvaje y ganadería extensiva es uno de sus grandes valores.

Un aliado contra el cambio climático

Gracias a sus encinas centenarias y sus pastos permanentes, la dehesa actúa como un importante sumidero de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático.

Mantenimiento del paisaje y prevención de incendios

El pastoreo regula la vegetación y reduce el riesgo de incendios forestales, al mismo tiempo que preserva un paisaje cultural reconocido por la UNESCO como patrimonio de la humanidad.

Conclusión

La ganadería extensiva en la dehesa es un ejemplo perfecto de equilibrio entre producción agrícola, bienestar animal y conservación de la naturaleza. Su modelo sostenible asegura la calidad del jamón ibérico y otros productos, al tiempo que protege un ecosistema único. Preservar la dehesa es apostar por un futuro donde tradición, sostenibilidad y gastronomía van de la mano.

¡No te vayas! Todavía tenemos cosas que queremos enseñarte